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jueves, 14 de enero de 2016

TRABAJOS LEJANOS





TRABAJOS LEJANOS









Dedicado  a mi nieta Irene Cabrejas

La cual desde muy niña, en Carrascal ponía, su pequeño tenderete a la puerta de nuestra casa y jugaba a vender a los transeúntes, moras, piedras pintadas, artilugios varios que su mente ideaba.
Hoy un poquito mayor y yendo en los estudios con mucho coraje y desenvoltura, dejo aquí constancia de ello con sus últimas notas.









Irene, mi más sincera enhorabuena.   ¡ Animo  !

NO ME MUEVE MI DIOS PARA QUERERTE





No me mueve, mi Dios para quererte


No me mueve, mi dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido 
para dejar por eso de ofenderte



Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.



No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.




XXX





ORACIÓN AL CRISTO DEL CALVARIO










En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.




¿ Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados ?
¿ Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas ?




¿ Cómo explicarte a ti mi soledad
cuando en la cruz alzado y solo estás ?
¿ Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón ?




Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mi todas mis dolencias
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.




Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
y aprendiendo que el dolo es sólo
la llave santa de tu santa puerta.

Amén




XXX






MOLINO De POESÍA




Tengo el honor de mostraros el trabajo de este enorme poeta
RAMÓN DE DIEGO




NIÑO





Ilustración 1/8


Me duele Madrid en el recuerdo
pero me duele de risas y de juegos
¡ Cuanta inocencia perdida para siempre !

Calle de Rodas;
estrecho paraiso de adoquines,
de metas y rescates
y de amigos de luna de verano.



Ilustración 2/8


Calle de sol y lluvia
casa abierta de todos
donde la manga riega
lavaba la amargura.

Ya no tengo, calle.
Y ese recuerdo tuyo
me duele con dulzura.
Tan lejos ya en mi vida y mi camino.



Ilustración 3/8


Todo lo que allí fui
lo sigo siendo.
Aquellos mis amores
los guardo para siempre.

Imposible distancia 
de todos mis cariños
tan cercanos siempre
en la memoria.




Ilaustración 4/8


Emilio y Angelita
me duelen mas que nada.
Su calor tierno y puro
me sigue protegiendo.


Yo se que van a hacerlo
mientras dure mi vida,
se que aún les necesito
ya que de ellos mantengo
lo que hay en mi de bueno.



Ilustración 5/8


Anhelando añoranzas
siempre el recuerdo fluye
buscando al niño abierto
que volaba sin alas.


Niño tan niño en la armonía
de una vida de sueños.



Ilustración 6/8


Alma gemela de si misma
creando su propio destino,
inventando un viaje
sin escollos ni riesgos,
un espacio de dicha y de alegría.


Imaginando sin pudor y sin freno
vida que no es la vida,
sino otra,
íntima, mágica y feliz.




Ilustración 7/8


Evocando escenas intocables
con actores y actrices de leyenda,
de mi leyenda aquella tan hermosa 
tan mía, tan interna, tan querida..


Recuerdo sin dolor y sin melancolía
sin aflicción ni pena ni tristeza.
Mas bien un sueño de criatura ahíta
casi feliz por conseguir sentirlo.




Ilustración 8/8


Que lejos ya los sentimientos plenos
en el trayecto amargo
aunque a veces no tanto
de la vida.


Y que oasis de paz al evocarlos,
que bálsamo de concordia y de calma.
Cuanta serenidad tienen consigo,
cuanta seguridad en su utopia
contrarrestando manifiestamente
con la duda por todo y para todo
por donde ahora transito día a día.


Ramón de Diego





















Levántame, Señor, que estoy caído
sin amor, sin temor, sin fe, sin miedo,
quérome levantar y estoy quedo;
yo propio lo deseo y yo lo impido.





Estoy siendo uno sólo, dividido;
a un tiempo muevo y vivo, triste y ledo,
lo que puedo hacer, eso no puedo;
huyo del mal y estoy en él metido.





Tan obstinado estoy en mi porfía,
que el temor de perderme y de perderte
jamás de mi mal uso me desvía.






Tu poder y bondad truequen mi suerte;
que en otros veo enmienda cada día,
y en mí nuevos deseos de ofenderte.




XXX












No me mueve mi Dios para quererte,
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.






Tú me mueves Señor, , muéveme  el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muevenme tus  afrentas y tu muerte.






Mueveme, en fin, tu amor de tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.







No me tienes que dar porque te quiera;
porque aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.






XXX